sábado, 31 de octubre de 2009

MITOS Y LEYENDAS

El mohán

Es el viejo chaman curandero y brujo de una tribu indígena que a la llegada de los conquistadores decidió ocultarse en lo profundo del río Magdalena, desde donde vigilaba su pueblo. Este indio de cabello largo y ojos brillantes que deambula con un tabaco entre los dientes vive enamorado de la belleza femenina y se le ve entre lavanderas y campesinas a quienes enamora y embruja.


La madre monte

Se dice que fue una india que contrariando a sus padres se internó en lo profundo de la selva en busca del hombre que amaba y recibió una maldición de su padre, quien la encadeno eternamente al bosque. La madre monte vive en los bosques, se cubre de hojas y tiene una larga cabellera que le cubre el rostro y nunca ha sido visto por ningún ser humano. Lanza gritos desgarradores de fiera herida y en días apacibles imita el trinar de los pájaros y el murmullo de las aguas. Defiende la naturaleza y castiga a quienes la dañan.

La pata sola

Se cuenta que fue una mujer infiel que al ser castigada por su marido perdió un pie y fue desterrada para siempre a vagar sola. Esto la llenó de odio y resentimiento hacia la humanidad. Goza de poder en las noches y vive vagando en los caminos persiguiendo a los hombres trasnochadores a quienes engaña mostrándose como una mujer bella para luego mostrar su verdadera imagen. Se le puede oír en las noches arrastrando el peso de su cuerpo sobre la pierna buena.

La llorona

Cuentan que fue una mujer muy bella que andaba de pueblo en pueblo y enloquecía a los hombres con su encanto. Una vez tuvo un hijo que murió de hambre, ella no lo enterró y siguió vagando con él en sus brazos hasta que también murió. Nadie la ha visto, pero los campesinos escuchan su llanto lleno de tristeza ya que nunca pudo superar la pérdida de su hijo.

La candileja

Se dice que era una india que fue quemada viva con su familia, en la casa en que vivía. Se presenta como una llama que alumbra en la oscuridad, espantando a los animales y llenando de zozobra a los campesinos. Habita en el monte, a orillas de los ríos y donde ha habido quemas o se observan ruinas.

El poira

Este ser mitológico que tiene figura de niño, permanece en el río Magdalena y en las quebradas de agua cristalina que bajan de la montaña, cuidando el gran tesoro de los tunjos de oro, que le dejaron los indios. Juega en las cascadas, saluda al arco iris cuando aparece y es cuidandero fiel de la espuma que se hace sobre el agua.

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